Los italianos tenemos un dicho que reza: "L'oro non è solo un metallo, è un sentimento". Si se traduce literalmente, dice: "El oro no es un metal, sino un sentimiento". Esto se me hizo evidente durante mi infancia en Florencia y ahora mientras resido en Milán. Para nosotros, la joyería no es simplemente un accesorio; es emoción, narración, historia e identidad, todo ello entrelazado en el oro.
Venga a pasear conmigo por las calles de Milán. La escena de la moda aquí es vibrante, y la joyería habla un dialecto totalmente único. Cada collar, pulsera o anillo tiene una historia que contar. Permítame explicarle lo que sé del arte de la joyería italiana, desde las grandes y audaces ganancias de los diseños hasta los secretos del oro transmitidos de generación en generación.
EL ORO, CORAZÓN DE LA JOYERÍA ITALIANA
Aquí todo es oro. No cualquier oro, sino el rico y cálido oro de 18 quilates que respira. Recuerdo un pequeño taller que encontré en Florencia con mi madre; el joyero me enseñó una pieza en la que estaba trabajando, martillada para darle una superficie con textura. Para mi sorpresa, la pieza estaba mucho más viva que cualquier otra pulida a la perfección. El oro martillado estaba vivo. Esa es la belleza de la joyería italiana, que no es precisa. La joyería italiana capta la humanidad que llevamos dentro.
Los recuerdos de aquel día se conservan en un anillo de oro que aún uso: una pieza exquisitamente sencilla con una banda lisa acentuada con ondulaciones que brillan bajo la luz. También me recuerda al taller y al aroma a cuero que perdura en el aire.
DRAMA DEL DISEÑO ITALIANO
Aquí en Milán, apreciamos un poco de dramatismo: cada pieza es una declaración. Piensa en pendientes de gran tamaño que rozan tus hombros o cadenas en cascada que brillan cada vez que mueves la cabeza. Un collar no es sólo un collar, es una declaración. El truco está en dejar que las joyas hablen por ti: llévalas con un traje bien entallado o incluso con un vestido que las complemente.
Cuando charlo con amigos tomando un aperitivo, me relajo un poco y me pongo una gruesa pulsera de oro. Los italianos tienen un sentido innato del equilibrio. Como mi pulsera es atrevida, la contrarresto con joyas discretas. Pesa en la muñeca, pero da sensación de seguridad, como una armadura que es.
SIMBOLISMO EN CADA PIEZA
La sabiduría que me transmitió mi abuela es que cada joya cuenta una historia. En su época, una pulsera de oro era algo más que un adorno para la muñeca: era una memoria cosida a la piel. La mía tiene un corno diminuto que me ayuda a alejar el mal de ojo (malocchio), y un corazón de oro abrazado con mis iniciales. Cada pieza me cuenta una historia taladro a taladro.
Incluso hoy, la conexión con el significado se mantiene viva. Incluso en el mundo moderno de hoy, cada diseño tiene un aire antiguo: las serpientes representan el cambio, el coral simboliza la defensa y las monedas parecen haber salido directamente de una caja de tesoros romana. Las joyas no son algo para exponer, sino una obra de arte que es historia y, a diferencia del resto del mundo, se puede llevar puesta.
CÓMO LLEVO LAS JOYAS ITALIANAS EN 2025
- Capas como un milanés: Mise en Place tiene su sede en Milán, y la palabra "mezza", que los italianos usan para referirse a las capas, las describe a la perfección. Yo combino dos o tres cadenas de oro de distinta longitud y añado mi colgante favorito hasta que noto que la gente a mi alrededor se pone celosa. Sobre mi jersey de cuello alto en pleno invierno o una camisola de seda en verano, queda fantástico.
- Que hable el color: En 2025, las esmeraldas profundas y los rubíes ricos, junto con las piedras preciosas atrevidas, han empezado a resurgir. Uno de mis accesorios favoritos es un par de vaqueros combinados con una americana, y un accesorio llamativo es un anillo vibrante que lo transforma de ordinario en extraordinario.
- Mezcla lo viejo y lo nuevo: Como me dicen mis padres, el apéndice perfecto es un brazalete vintage que haya pasado de padres a hijos combinado con unos pendientes elegantes y frescos. Este tipo de fusión mágica resulta intrigantemente italiana.
- Para todos los días: En mi vida como contable en Italia, he descubierto que las joyas no sirven únicamente para estar guapa en fiestas y bodas. Los pendientes de aro dorados estilizan mi aspecto mientras trabajo en la oficina, un collar sutil cuando estoy trabajando y un brazalete atrevido cuando estoy cenando. Forma parte del ritmo de vida, como ponerse una bufanda en invierno.
MÁS ALLÁ DEL ORO
Puede que los italianos sean los que más adoran el oro, pero seguro que también muestran afinidad por otras piezas. En Venecia, la luz del sol golpea las cuentas de cristal de una forma tan llamativa como los rayos de sol golpean el agua. Tallados con caras intrincadas, los camafeos susurran a la Antigua Roma. En Sicilia, el coral añade un toque de rojo mediterráneo a collares y pulseras.
Últimamente me gustan los diseños sencillos y experimento con nuevas piezas como la madera pulida, el metal reciclado e incluso la cerámica. Un toque moderno, pero profundamente italiano. Un puente entre el pasado y el futuro.
IMPREGNARSE DEL ESPÍRITU DE ITALIA
Para mí, las joyas son algo más que un adorno: son un símbolo del espíritu de Italia. Cada vez que me pongo mis anillos o mi collar de oro, formo parte de siglos de arte y devoción italianos. Las joyas son sinónimo de audacia, irradian calidez y están vivas, como Italia.
Así que si eres italiano o simplemente un conocedor del estilo italiano, recuerda llevar tus piezas con actitud. No importa si las colocas en capas, las atesoras o las utilizas, deja que tus piezas articulen tu historia. Al fin y al cabo, la joyería no es sólo una prenda de vestir. Es un estado del ser.